CELEBRACIÓN PENITENCIAL – FIESTA DEL PERDÓN
Esta mañana vamos a celebrar “la fiesta” del Perdón. Hoy vamos a experimentar que nuestro Padre Dios nos quiere de verdad, hoy vamos a sentir que nos perdona todas las cosas que hemos hecho mal, si realmente nos arrepentimos de ello.
Oración:
Te damos gracias Señor, porque nos has reunido para celebrar la fiesta de tu perdón. Aumenta en nosotros el deseo de recibir tu perdón y tu paz para que quedemos plenamente renovados como hijos tuyos y seguidores de Jesús.
Te lo pedimos por el mismo Jesucristo nuestro hermano y amigo. Amén.
Palabra
Vamos a escuchar ahora una historia que conocéis muy bien, la del hijo pródigo, Jesús se la contó por primera vez a sus discípulos, y hoy nos la cuenta también por boca del sacerdote. Escuchemos con atención:
Evangelio según San Lucas:
"Había una vez un señor que tenía dos hijos. El más pequeño era muy rebelde y le daba muchos disgustos. Un día le pidió dinero y se escapó de casa. Se fue a otro país y malgastó todo el dinero en divertirse y pasarlo bien. Cuando ya no tenía un duro, empezó a pedir trabajo y nadie se lo daba, al final acabó cuidando cerdos en una granja... pero pasaba tanta hambre que hasta le daba envidia lo que los cerdos comían.
Un día ya no aguantó más y pensó lo bien que se estaría en la casa de su padre: Allí nunca le faltaba de nada... pero claro le daba vergüenza volver, después de lo que le había hecho a su padre. Así que pensó: tengo que volver y pedirle perdón. El padre no tenía noticias de él, pero seguía pensando en su hijo con mucha tristeza, porque le quería mucho a pesar de los disgustos que la había dado.El padre todos los días se asomaba a los caminos que venían al pueblo con la esperanza de que su hijo regresaría a casa. Un día vió venir a uno por el camino. Todavía estaba lejos y no podía conocerle, pero el corazón comenzó a latirle fuertemente. Salió corriendo y se encontró que efectivamente, era su hijo. Le dio un gran abrazo y le cubrió de besos. Fue un encuentro emocionante y el padre ya no se acordaba de los disgustos que aquel hijo le había dado ni de las faenas que le había hecho. Lloraba de alegría porque había vuelto a casa aquel hijo que se había escapado".
A comentar con ellos …
Recordando las actitudes fundamentales del hijo y del padre...
El orgullo (no nos ayuda) = no querer pedir perdón, no reconocer que hemos hecho mal...
Hijo = orgulloso, egoísta, solo piensa en sí mismo... No se de cuenta las cosas buenas que tiene hasta que pasa necesidad...
Padre = le respeta sus decisiones, no le obliga a vivir con él... sufre en silencio... espera que se de cuenta quién es el que verdaderamente le ama de verdad...
Recordamos ahora los pasos que tenemos que hacer para confesarnos:
1. Examen de conciencia=Pensar en las cosas que hemos hecho mal.
+ El Señor nos dice "Amarás a Dios con todo el corazón. ¿Amo yo a Dios y le tengo
presente como un hijo recuerda a su padre? ¿Me acuerdo de rezar, de hablar con
Dios y contarle mis cosas?
+ El Señor nos dice: "Amaos los unos a los otros como yo os he amado" ¿Cómo me
he comportado con los demás? ¿Obedezco a mis padres? ¿Respeto a los profesores?
¿Comparto mis cosas con mis hermanos y amigos/as o me peleo con ellos? ¿Digo
siempre la verdad o engaño y miento a menudo? ¿Soy envidioso y me gusta hacer
rabiar a los demás? ¿He robado algo en casa o a mis compañeros? ¿Me río y hago
burla de los demás?
2. Dolor del pecado= Sentir pena por las acciones malas que hemos cometido:
· Padre Dios, tú siempre nos estás esperando, te pedimos perdón por no acordarnos
de Tí, por no intentar ser buenos hijos tuyos. (canto)
· Padre Dios, tú nos quieres mucho, y te pedimos perdón por haber desobedecido a
nuestros padres, abuelos y maestros.
· Padre Dios, tú quieres que seamos buenos hijos tuyos y hermanos/as de los demás.
Te pedimos perdón por haber tratado mal a los demás. Por nuestras peleas, por
nuestros insultos, por no haber ayudado a los compañeros cuando lo necesitaban.
3. Propósito de la enmienda=Hacer propósito de no
hacer nunca más mal a nadie.
4. Decir los pecados al confesor=Acudir ante el
sacerdote y contarlo lo que hemos hecho mal,
diciéndole que lo sentimos, que nos arrepentimos.
5. Cumplir la penitencia=Hacer lo que el sacerdote
nos mande, como señal de que realmente nos
hemos arrepentido.
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