Muy buenos días,
Con este momento de la mañana en la clase queremos finalizar la Semana Vocacional que hemos celebrado junto con todos los colegios de salesianas de España, con una recomendación final, que ya aparece en el título de estos buenos días: que no nos quedemos sin hacer volar nuestros sueños.
Ayer conocimos a dos chicas que están haciendo volar Sus Sueños; cómo hay que ser uno mismo y no dejar que nadie nos impida “sacar la mejor versión de uno/a mismo/a”.
Hoy damos un paso más: es importante que nadie se quede sin dar la respuesta que Dios nos pide, es decir, que nuestra vida y nuestro día a día, estén llenos de la música y de la armonía de nuestra propia personalidad, tal como Dios la ha creado.
¿Cómo es posible hacer eso?
¡Vamos a descubrirlo! Aquí os presentamos este sencillo cuento:
EL DESPERTADOR DE PESADILLO
Ogro Mogro, Gigantón y Abominable llevaban cientos de años encerrados en la cárcel de los monstruos. Habían entrado allí voluntariamente, después de darse cuenta de que asustar a los niños no era una buena forma de ganarse la vida. Desde entonces, los tres andaban tristes y solitarios; no sabían hacer otra cosa que asustar, así que carecían de ilusiones y pensaban que no servían para nada. Ya habían cumplido sus condenas varias veces, pero cuando les decían que podían marchar, respondían que a dónde iban a ir, si sólo sabían asustar...
Pero todo cambió el día que encerraron a Pesadillo. Pesadillo era un monstruo chiquitajo, que asustaba más bien poco y se pasaba todo el día durmiendo, pero era realmente muy divertido. Contaba cientos de historias de cómo había cambiado los sueños de la gente para que fuesen más divertidos, y de cómo casi siempre sus cambios salían tan mal que acababan asustando a cualquiera. A Ogro Mogro y sus amigos les encantaban sus historias, pero había que esperar a que el dormilón de Pesadillo se levantase para escucharlo. Y no era nada fácil, porque parecía que ni un terremoto era capaz de despertarlo.
Hasta que un día, los tres monstruos juntaron sus más terroríficos gritos. Pesadillo dio un bote en la cama y se despertó al instante. Los miró con los ojos muy abiertos, pero no parecía estar asustado, ni enfadado; más bien parecía estar contento:
¡Genial!- dijo- siempre he querido levantarme temprano. El día se aprovecha mucho más ¿Sabéis? deberíais trabajar de despertadores, sé de muchos dormilones que os lo agradecerían.
Los tres monstruos se sintieron felices al oír aquellas palabras; ¡servían para algo! Después de tantísimos años, resulta que podían hacer más cosas de las que habían creído, y sin asustar ni molestar a los niños.
Ese mismo día abandonaron la cárcel dispuestos a crear su primer negocio de despertadores. Y así, los tres monstruos se hicieron famosísimos con sus servicios para dormilones, muy contentos de haber comprendido que siempre hay algo genial que podemos hacer y está por descubrir.
Un minuto para pensar...
Seguro que hay algo que se te da especialmente bien ¿qué otros buenos usos podría tener esa habilidad tuya? ¿Te das cuenta de que la mayoría de las cosas se pueden usar para hacer el bien o para hacer el mal? ¿Qué crees que Dios nos pide hacer a cada uno/a de nosotros/as?
Una buena conversación… (COMPARTIMOS)
Todos tenemos la capacidad de cambiar aquello de nosotros que no nos gusta, igual que hicieron los monstruos en el cuento. Buscad cada uno algo en lo que queráis cambiar, y ayudaos y animaos a hacerlo.
ORACIÓN
Terminamos estos cinco días especiales de buenos días rezando juntos la oración que nos hace a todos iguales y a todos diferentes ante Dios, nuestro Padre, quien nos pide que no nos quedemos sin darle nuestra mejor respuesta: ¡SÍ, QUIERO HACER REALIDAD MIS SUEÑOS, Tus SUEÑOS SEÑOR!
Padre nuestro… María, Auxilio de los cristianos…
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