La Sierra quemada… el fuego que todo lo arrasa.
La tierra que tarda años en recuperarse y nunca consigue ser lo que fue… El sonido de la muerte, ni una hoja que baile con el viento, ni un animal que cante. Respirar cenizas que te recorren y manchan por dentro.
El machismo que todo lo quema. La mano en el cuello que con sutileza nos impide respirar. La venda que no nos deja ver. Una culpa que aprieta y paraliza nuestros pies. Una flor que se marchita, un árbol que no crece. Un castigo que se nos impone. El verso que nos tacha y nos anula. Las cadenas, las grietas, las arrugas, el corsé… las mujeres que lucharon por nuestros derechos y susurran en la nuca. Las humilladas, esclavas, cosificadas, asesinadas… siempre presentes.
Ese monte verde, rojo, amarillo, de mil colores y rebosante de agua es el que debe de ser. Nos queremos libres, felices, Vivas. Sólo puede existir un mundo más amable si es de color violeta, si es entre iguales, si es feminista…
El feminismo nace por la necesidad de Igualdad de Derechos entre hombre y mujer.
No se le debe temer. Es el machismo el que mata.
Acabar con una sonrisa de alivio y orgullo en la zona viva, a pesar de las cicatrices, a pesar de las manchas negras que ya se quedan.
Es nuestra manera de reivindicar la lucha contra la violencia de género y visibilizar las consecuencias de los graves incendios de nuestros montes…
Cuidemos de nuestra Tierra, cuidemos de todas las personas que la habitan.
Cuidemos la Vida…
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